La Zona

A 88 años de su creación, el busto de Uriburu continúa exhibido en un lugar neurálgico de Balcarce

La estatua fue realizada por los conservadores en el año 1936. Su conservación pública aún genera polémica. Simboliza un mojón adverso de la historia argentina.

Por Sebastián Plaza

BALCARCE (Corresponsal).- En la esquina neurálgica de Favaloro y calle 18  y frente a la plaza central se erige el monumento a José Félix Uriburu, el dictador salteño que encabezó el primer golpe militar en Argentina. Pese a diferentes expresiones y una ordenanza que aprobó el Concejo Deliberante en 2014 para su retiro la estatua de cuerpo completo permanece indemne allí.

El autor del libro Balcarce en la década de 1930, Amaury Rodríguez, recordó que el conservador y caudillo del momento, Hortensio Miguens fue quien tuvo la iniciativa y concretó la construcción del busto en el año 1936 como una de las últimas muestras de poder del Partido Conservador. “Miguens presentó un proyecto en la Cámara de Diputados y realizó el monumento a Uriburu. Lo más interesante es que en 1936 el militar estaba de vuelta. De hecho los conservadores estaban siendo reemplazados por los reformistas”, expresó el abogado balcarceño.

El fanatismo local por el presidente déspota radica en una razón: “Uriburu permitió que Miguens manejara la suma del poder público en Balcarce y gobernó sin mayores problemas. El manejaba todo. Si no eras conservador casi no podías estar en Balcarce”, reconoció el escritor. Asimismo, recordó que “no había ninguna clase de pluralismo y el fraude era tremendo. Los números no coincidían con la realidad. No había democracia ni dentro del propio partido. En Balcarce no quedó alternativa en adaptarse a lo que el caudillo decía”.

Rodríguez dio a conocer un documento donde inmediatamente después del golpe de 1930 la sociedad balcarceña adhirió a Uriburu. Las principales instituciones le enviaron una carta de apoyo. La firmaron la Sociedad Española, Sociedad  Rural, Liga Patriótica, ACA, Club Social. “Empiezan una serie de homenajes a Uriburu y el 6 de septiembre de 1932 se coloca una placa y se crea el bulevar en su nombre”, apuntó Rodríguez.

Su conservación

El abogado y docente de la cátedra “Historia Constitucional Argentina” en la Facultad de Derecho, Walter Ianni López, indicó que los monumentos son “expresiones de determinada época”.

En torno a ello, manifestó que el monumento de Balcarce está dado en un contexto general donde la fecha 6 de septiembre se convirtió en una conmemoración nacional hasta 1943. “Hay que analizar porque la sociedad argentina conmemoró una fecha a celebrar por un golpe de estado. En el año 1946 recién se reconoció que el golpe fue un hecho lamentable”.

Rodríguez e Ianni recordaron la historia del monumento.

Y agregó que “en Balcarce también tenemos un busto de Garibaldi. La cuestión es que peleó contra la Confederación Argentina. O sea que tenemos un monumento de cuerpo entero de un enemigo del país”.

En ese marco, abogó por la conservación de todos los bustos como parte de la historia: “Tenemos que aceptar las estatuas porque representan el sentir de los italianos que formaron parte y construyeron este país. Tenemos un busto del general Perón que participó como capitán en el golpe de 1930 y fue uno de los ideólogos y promotores del golpe del ´43, donde llegó a ser secretario de Trabajo, ministro de Guerra y vicepresidente de un gobierno de facto”, argumentó.

Y agregó que “eso no le quita mérito a Perón que luego produjo transformaciones sociales y haber ganado elecciones posteriores. Sacar monumentos no es más que borrar la historia y no se puede borrar”.

En lugar de derribar el busto opinó que “está bien ponerle una placa como persona que realizó el primer golpe en el país. Es la mejor educación que podemos brindar a los jóvenes”.

Realidad histórica

El escritor coincidió con el profesor en cuanto a la conservación del monumento. “Si hay gente que se ofende por la presencia de un monumento o se arrepiente de algo del pasado no podemos dar lugar porque estaríamos negando una realidad histórica”, opinó.

Y reflexionó que “lo podríamos solucionar poniendo una placa de repudio a Uriburu, sin sacarlo. Podemos decir que no estamos de acuerdo. Hoy nadie estaría a favor de Uriburu y tampoco que se termine un gobierno democrático porque se perjudica el pueblo”.

El monumento fue dañado con pintura y nunca reparado.

Rodríguez hizo hincapié en lo hecho en España con la invasión árabe que dejó edificios como “la Lámpara de Granada”, la “Giralda” o la “Mesquita de Córdoba”. “Nosotros podemos aprovechar el busto turísticamente porque tenemos el único monumento en la provincia de Buenos Aires y el segundo en el país”.

El golpe

Ianni López recordó cómo se gestó el primer golpe militar en el país. “Determinados sectores civiles como los socialistas independientes, el conservadurismo, radicales antipersonalistas buscaban la caída del gobierno elegido democráticamente y el elemento a utilizar no fue ni más ni menos que el ejército nacional”, aseguró.

En tanto, advirtió que no todo el ejército apoyó a Uriburu y que solo grupos minoritarios lo hicieron pero había una efervescencia social y un malestar generalizado que era intensificado por la prensa escrita que fue la columna vertebral del quiebre institucional. “La asunción de Uriburu tuvo mucho clamor y la verdad es que su llegada fue casi un desfile militar. Se podría decir que era casi una fiesta popular”, analizó.

Asimismo, dio su visión sobre lo que pasaba con Hipólito Irigoyen que había asumido el 12 de octubre de 1928 a través del radicalismo personalista que le ganó la interna a los radicales antipersonalistas encabezados por Alvear. “Era una persona mayor cuya figura estaba desgastada por el amplio término de tiempo que se tomaba para las decisiones. No tenía supremacía en el Senado, donde había fuerzas conservadoras que eran torpedeadoras de las iniciativas del Ejecutivo. Por lo tanto, no le brindaban las leyes que necesitaba”.

Por último, puntualizó que “paralelamente se produjo la crisis del 29, donde el poder adquisitivo disminuyó y creció la desocupación aunque no a los niveles actuales. Argentina era una potencia pero había un cierto malestar social que era fogoneado por los medios gráficos. Trataban despectivamente al gobierno. La Liga Patriótica generada por jóvenes católicos nacionalistas también criticaba y comenzaba un malestar en las fuerzas armadas pero no en su totalidad sino en algunos grupos acotados”.

 

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